Están siendo reincidentes
las noticias acerca de las causas colaterales que está produciendo la vacuna
contra el papiloma humano, y en particular la segunda dosis que se aplicó en
octubre de 2013.
En efecto, según lo
publicó el programa La Nocturna de RCN, entre otros medios de comunicación
nacional e internacional, existe la duda razonable de asociaciones científicas,
profesiones y comunidades en general respecto de la eficacia de la vacuna del papiloma.
Las autoridades
sanitarias de Arauca investigan los supuestos efectos que produjo la vacuna en
una joven de 10 años, quien presentó complicaciones inmunológicas días después
que le fuere aplicada la vacuna. Semejante situación sucedió con una joven de
Valencia, España, lo que produjo la alerta inmediata del Ministerio de Salud de
nuestro país así como de la comunidad Europea.
Al respecto, el Dr.
Carlos Francisco Fernández, presidente de la Asociación Colombiana de
Asociaciones Científicas, indicó que según el padre de la menor de Arauca ésta presentó:
dolor de cabeza, fiebre alta, inflación en las articulaciones; tanto que le
constaba moverse, como si tuviera el ácido úrico elevado, situación corroborada
en la historia clínica correspondiente.
El profesional científico
dijo que se encontró la elevación de una sustancia en la sangre, que se
presenta cuando hay una bacteria, es decir, la bacteria que trae la vacuna para
prevenir la enfermedad, la que puede producir efectos colaterales en el riñón y
otros órganos del cuerpo, lo que afectó el sistema inmunológico y articular.
No obstante aclaró, que
serán los científicos quienes tendrán que decir si en efecto existe la relación
causal entre el hecho y daño que presentó la menor de edad. Explicó que las vacunas producen que el cuerpo
aliste todo su “arsenal” inmunológico para protegerse de una eventual bacteria,
lo que en sí mismo, podría acarrear el desarrollo de otros efectos colaterales,
aleatorios en cada organismo.
Ejemplificó como una
picadura de abeja puede desarrollar efectos en los órganos corporales,
dependiendo las características de cada ser humano. Puntualizó que, la vacuna
es muy joven y los estudios aún no demuestran su eficacia positiva o negativa
para prevenir el cáncer del papiloma humano así como sus efectos colaterales en
el universo a quien se aplicó.
Enfatizó que las vacunas
en general han sido salvadoras de vidas humanas, por ejemplo erradicaron la
poliomielitis y la viruela que tantas vidas diezmó a lo largo de la historia,
empero, dijo que no era defensor de la vacuna del papiloma y aclaró en todo
caso que no existe suficiente material técnico y científico para ordenar la
suspensión en su aplicación por lo que consideró que en principio debe seguir
proporcionándose.
Alertó a todos las
instituciones de salud y científicas a que se defina la situación sobre todo
por los padres a quienes les corresponde la responsabilidad de aplicar las
vacunas a las niñas menores con la finalidad de prevenir la enfermedad. Afirmó
que a las vacunas se les debe poner en su justa medida, es decir, si hay una
vacuna en la comunidad científica que se recomiende a la salud pública, debe
prevalecer el interés general pese a que eventualmente se presenten las
complicaciones en comentario, como evolución técnica del mismo instrumento
preventivo de la enfermedad –equilibrio riesgo no documentado con beneficio
para la salud pública-.
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